A sinceridad son varios los factores que me motivan a ser yo quien le haga todos los trabajos mecánicos y eléctricos a mi vehículo, me ahorro un buen dinero en mano de obra, pudiera decirse que soy un buen administrador de mi BMW puesto que tener este BMW para mí es como tener un Toyota o un Honda que son baratos de mantener y al final mi bolsillo no siente la diferencia de si yo tengo un BMW o no.
Pero más que todo, me gusta desarmar y armar las cosas yo mismo, me gusta limpiar el área que voy a trabajar, me gusta darle el torque que lleva el tornillo, me gusta ver que es lo próximo que hay que cambiar, en fin me gusta dejar las cosas tal cual estaban, sin que falte un tornillo o que le pongan un tornillo de una medida diferente y dañen la rosca.
El hecho de que mi gusto sea este me permite aprender, estoy al tanto de las cosas que he hecho, me permite compartir conocimiento y hace que quien requiera mis servicios obtenga buenos resultados, tener un BMW es tener un proyecto infinito, un proyecto que te brinda satisfacción cuando trabajas en él, te brinda placer cuando lo conduces, obviamente sentirás todo esto cuando utilizas piezas de buenas calidad y tienes tu BMW en óptimas condiciones de lo contrario lo sentirás como cualquier vehículo del transporte público que lo utilizan para transportar pasajeros.
Cuando veo un BMW en una grúa, pienso, -ahí va un hermano caído-, en mi baúl tengo una eslinga para mi uso pero el día que yo vea un BMW en un túnel o un elevado de Santo Domingo, me detendré y le brindare mi ayuda, ya sea para remolcarlo o ayudarlo con el problema que tenga su BMW en ese momento. Este articulo viene a razón de que ayer estuve trabajando en mi BMW y como siempre los resultados son buenísimos y aunque hoy estoy adolorido, la experiencia ganada y la utilidad que le di a mi tiempo haciendo lo que me gusta no tiene precio.